domingo, 17 de julio de 2011

Todos los animales son iguales

El título del post se refiere al séptimo mandamiento del “Animalismo”, sátira del comunismo que se vivía en la Unión Soviética, en el libro “La Rebelión de la Granja (Animal Farm)” de George Orwell. En él, se expresa de modo perfectamente claro cómo se llega a implantar un régimen comunista, sin importar los medios que se utilicen, y sólo un pequeño grupo son beneficiados.

En un principio, en la granja del Sr. Jones reinaba la paz, hasta que uno de los puercos con más edad y experiencia decidió infundir la idea de una revolución, en la cual los “explotadores” humanos quedarían expulsados y todos los animales vivirían en plena libertad sin opresiones, trabajarían cuánto quisieran y todo lo que producirían lo consumirían, sin que nadie más interfiriera. Este régimen estaría dirigido por los cochinos, quienes tomarían todas las decisiones (¿no era que todos los animales eran iguales?).

Lo principal que buscaban todos los animales es que nunca fueran tan oprimidos como “en los tiempos del Sr. Jones”, sin embargo, se ven forzados a trabajar muchísimo más que antes, en pro de la revolución, sin recibir recompensas, porque su recompensa era “ser libre”. Además, se cree firmemente que lo peor que existe en el mundo son los humanos, y no se debe hacer nada parecido a ello, fundamento principal de "Los Siete Mandamientos".

Transcurrida la novela, los puercos empiezan a tener tendencias humanas, y modifican paulatinamente los mandamientos, para quedar justificados, diciendo que en un principio no dijeron esto, sino aquello, y que nunca ocurrió tal o cual cosa, o que este tipo de cosas son necesarias para una revolución. Se producen catástrofes: se produce para la venta, mientras que en la granja se mueren de hambre; matan a todo aquel que cuestiona una mínima parte de las decisiones del “Líder”; los cochinos comen muchísimo mejor que todos los animales; y destinan los ingresos y planes de la granja únicamente a su beneficio, etc.


Cuando los animales van al fondo del granero a ver escritos "Los Siete Mandamientos", todos han sido borrados y sustituidos por uno: “todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.


Al final de la obra, los puercos (vestidos y caminando en dos patas) y los humanos están sentados en la misma mesa, jugando cartas, y se arma un griterío al notar que tanto uno de los cochinos y uno de los humanos están haciendo trampa. “Los animales de afuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible discernir quién era quién”

No debemos irnos a una granja, ni a la Unión Soviética para ver esto: un lugar en el que se cambia TODO (nombre, políticas, bandera) para diferenciarse de aquellos tiempos lejanos en el que “reinaba la opresión y el engaño”, y en el que ahora “estamos mejores”, y cualquier cosa que se cuestiona, si no eres asesinado, se responde con un “¿es que acaso quieres volver a como estábamos antes?”; un lugar en el que se dice que hay participación de todos, pero es un pequeño grupo que es beneficiado y que hace planes sólo para ellos; un lugar donde no importas tú, ni tus cosas, ni tus intereses, sino sólo los de este pequeño grupo de beneficiados, que los enmascaran como “los intereses de la revolución”; un lugar donde se produce para la exportación, y se descuidan los productos, mientras un grandísimo número mueren de hambre…En este lugar, son los asquerosos puercos quienes gobiernan mientras todos los demás animales viven de acuerdo con esto.

José Urdaneta

miércoles, 13 de julio de 2011

Deseos de comodidad



Desde tiempos remotos el hombre siempre ha buscado la comodidad, y eso lo ha llevado a esclavizar a otros hombres e incluso a separarlos por clases,  le ha llevado a acomodarse mentalmente originando la comodidad de no tener que pensar demasiado y evitar responsabilidades.

            Detengámonos un momento para pensar… ¿realmente es bueno el exceso de comodidad? ¿A quién beneficia? ¿Es sólo cosa de nosotros o es capricho de nuestro cuerpo?  Sabemos que la comodidad que diariamente nos pide el cuerpo no es mala, mala es cuando pasa a ser costumbre, cuando la empezamos a hacer a cada rato, cada hora, en todo momento, sin estar pendiente de lo que debemos hacer, sólo prestándole atención al descanso. Si sabemos que tenemos que entregar una tarea, una tesis o un informe para mañana ¿por qué dejarlo para última hora? ¿No crees que es mejor salir más temprano de las cosas y luego descansar? Si tenemos ese tiempo libre ¿por qué no lo utilizamos para leer algún libro, para estudiar, o incluso hacer deporte, en vez de quedarnos acostados sin hacer nada viendo televisión?


El hombre cada día inventa algo nuevo, algo que genera más comodidad en las personas, pero ¿nos damos cuenta? No, diariamente, ahora todo es mas “sencillo” mas “fácil”, pero sin darnos cuenta el hombre ha dejado de hacer ese esfuerzo que antes hacía, ahora la mayoría de las cosas se hacen con un botón o simplemente hablando. ¿Qué será de las próximas generaciones si la nuestra es así? ¿Habrá algún día en que todos seremos como en la película de “WALL-E”?


           Hace unos días estaba viendo en Discovery Chanel un programa que se llama “tecnología del siglo XXI” y vi que estaban construyendo unos robots pequeños que parecían un frisby que se colocan debajo de los muebles.  En la sala de una casa unos niños están pintando y recortando, al terminar, la  mamá ve como dejaron la sala los niños y se queja porque está todo el piso sucio y rayado, se pone a pensar “¿será que lo limpio o no? mejor no...” sale de la habitación y presiona un botón, salen los robots de los muebles y limpian todo. Es cuando yo me pongo a pensar ¿dónde quedó ese esfuerzo humano que tenían las personas de antes que no se quejaban por lavar unos platos, por recoger un sucio en el piso? ¿Si seguimos así creceremos como personas? O cada día con esta comodidad seremos más flácidos al tener que hacer algo, ¿avanzarán las sociedades con personas así?

           
¿Puede ser el exceso de comodidad lo que impide a las sociedades avanzar por su propio esfuerzo, por sí mismas y no mediante la fuerza de crisis/guerras que obligan a tomar medidas para desarrollarse? Quizás sea éste uno de los factores claves, si no el más importante en la ecuación de la estupidez humana.


¿Por qué cuando hay una guerra, una amenaza, o una catástrofe, pobreza, etc. la comodidad desaparece, y las nuevas generaciones tienen ganas de dejarse la piel, de trabajar por los suyos, etc.?

            

Quizás, porque cuando el daño ya ha sido recibido de pleno, algo interno en el hombre se activa para sobrevivir la especie, de repente cuando el hombre pierde lo que tiene, es cuando lo valora y empieza a desearlo y trabajar por ello como si valiera más que la vida.


           ¿Se puede reeducar la mente, al hombre para evitar que desvalorice lo que tiene, para evitar que caiga en las ansias de comodidad?...



Tomás Ocanto