miércoles, 9 de noviembre de 2011

Una gota de amor

Prólogo:

Soy un vividor empedernido. Disfruto y percibo la vida con mis cinco sentidos al máximo. Siento también emociones: felicidad, tristeza. Lloro y río, amo y sufro. He conocido el dulce sabor de la victoria y el amargo trago de una derrota. Tengo el privilegio de vivir en una ciudad llena de distintos sabores y paisajes, donde a pesar de los pesares, siempre encuentro una sonrisa dispuesta en mi día.

“La vida es bella, vívela. La vida es arte, contémplala. La vida es un misterio, descúbrela”
                                         - Madre Teresa de Calcuta

¿A dónde irán  esos futuros próceres de la vida, representantes de sus inventos, ideas y actos, luego de que se les arrebate su derecho tácito y primordial como seres humanos?

Un aborto no tiene justificación. Incluso cuando se presenta el caso en el que está en riesgo la vida de la madre, por determinadas circunstancias que se presentan en el embarazo, no se debería realizar este vil acto de crueldad y egoísmo. Condeno a los médicos que lo practican; no tan diferentes de asesinos a sueldo, pues también se les paga por acabar con una vida.

Fácil es desentenderse del asunto; cualquier individuo con un criterio mediocre alegaría que “es problema de quien experimenta esa situación” demostrando la falta de sensibilidad humana que tan necesaria es para todo hombre.

¿Por qué se ha perdido la sensibilidad?  Muchos ignoran que somos un colectivo. Dejando la religión a un lado, verdaderamente somos todos hermanos. Una misma especie que durante siglos y siglos ha hecho y deshecho todo… y seguimos en eso. Si bien se deben condenar nuestros actos para el desenvolvimiento óptimo de la sociedad, ¿por qué una criatura inocente debe pagar con su vida el “error” de sus padres?

“El que no valora la vida, no la merece”
- Leonardo Da Vinci

Pueden surgir fluctuaciones como, ¿Si dejo nacer a este niño, seré lo suficientemente bueno para él?  ¿Tengo los recursos para sostener a una familia? ¿Realmente quiero hacer una familia con la madre o el padre del niño?

Lo más sensato es buscar caminos. Sincerarse con uno mismo y ver el entorno. A veces, es hasta más responsable dar en adopción a un hijo que criarlo uno mismo. Sucede mucho en los sectores populares, que cuando no se aborta al niño, se le educa en un ambiente insano y decrépito, convirtiéndolo años más tarde en un criminal, un vagabundo o un drogadicto. Preferible es buscar ayuda: en el gobierno, en la iglesia, en otra familia, pero no sembrar lo más hermoso para luego abandonar su crecimiento.

Aplaudo a quienes se preparan para ser padres y formar familia. ¡Me quito el sombrero ante ustedes! Hombres y mujeres que crían a los héroes del mañana; médicos que salvarán vidas, abogados que defenderán la justicia, políticos que dirigirán a una nación. La mejor forma de enseñar es dando el ejemplo, y una gota de amor por cada familia puede lograr un cambio.

Anhelo un mundo donde todo embarazo sea una bendición, donde cada nacimiento sea un milagro y una familia siempre este allí, para darle la bienvenida con brazos y corazón abiertos a todo bebé.

Porque yo estoy vivo, y han transcurrido 17 años antes de que tomara la iniciativa de ser vocero de los inocentes. De proclamar el enfado atinado y modesto que presento ante ustedes. Porque podría incluirme en la muchedumbre, bajar la mirada, ocultar mi rostro, en vez de tomar cartas en el asunto.

No basta este texto. Pero hoy, lo comparto como humilde aporte.

Como mi manifiesto del derecho a la vida.

Javier Guevara

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