domingo, 22 de julio de 2012

Discurso de graduación (5to año de humanidades, Colegio Los Arcos)



Ya han pasado once años, ¡once años! donde hemos compartido, convivido, aprendido, y peleado. Once años donde nos hemos formado; once años donde nos preguntamos muchas veces cuándo llegaría este momento.

Del cine clásico... a ESTO






El cine, como todas las artes que componen la cultura, ha ido poco a poco perdiendo su sentido humano. Quizás es sólo una obligación que impone el tiempo; quizás es sólo una necesidad que pide el público, lo que hace que aquel “arte” suponga un éxito meramente comercial.

Entonces podemos decir que el arte se amolda a los caprichos de las distintas épocas. Y así como una generación era capaz de entretenerse con los clásicos, con lo trascendental, nosotros nos hemos podido entretener con películas mediocres, donde un disparo y una mujer bonita son suficiente motivo para quedar idiotizados frente a la pantalla.

Sin embargo, es más que lógico justificar lo que digo; hacer una muestra factible de cómo el mal cine se ha apoderado de todas las salas… ¡Sobre todo de ellas!... Y cómo le hemos dado importancia a películas de moda o comerciales que a las pocas semanas dejan de ser recordadas,  hasta tal punto de no poder distinguir una buena de una mala película. Y así también, valga la contradicción, cómo hemos tenido en nuestras manos obras magistrales ¡Buen cine! Pero que sin duda hemos despreciado en su mayoría.

El ejemplo perfecto del buen cine moderno ha sido llevado a la pantalla el año pasado con directores como Tate Taylor, Michel Hazanavicius y Martin Scorsesse. El primero de ellos con The Help, dando a conocer una excelente actuación; el segundo con The Artist, mostrando el verdadero arte del cine. Y por último, no menos importante: el fabuloso Hugo. Siendo este film, más que un homenaje al cine y a la literatura (a la cultura), un homenaje a lo humano, una representación amplia del significado de la vida, una demostración exacta de un clásico moderno, de una obra que trasciende, que no se queda en el mero entretenimiento sino que va más allá. Moderno, pues sabe usar los medios que proporciona el avance del cine de la manera ideal, permitiendo que la historia sea el fin y que estos medios sean tan sólo medios.

Y así como existen obras extraordinarias también hay obras realmente malas, que muchas veces no logramos distinguir de las primeras. Hablaré algo sobre las películas de superhéroes, que son las que al parecer gustan más al público, pues proporcionan disparos y mujeres bonitas… Lo que cualquier espectador novato busca en la pantalla.

La única película de héroes que se ha logrado salir del concepto infantil y puramente comercial de superhéroes, ha sido (quizás porque es la única buena que he visto) El caballero de la noche. Una película, (que además de tener lo que tiene cualquiera de este tipo de films), que logra  ser intrigante, humana, con buenas actuaciones, ¡bien hecha! En cambio, a diferencia de Batman, encontramos también las malas películas: La linterna verde, El avispón verde, Soy el número 4… Y, sin duda alguna, aunque sé que enfurecerá a algunos: la última película de Spider Man.

Veamos por qué esta película se puede considerar como mala

Quien ha visto suficientes clásicos comprenderá qué es lo que hace buena a una película. Primero se necesita, claro está, un buen guión. Luego se buscan los actores, y de ahí en adelante todo dependerá del director, de las actuaciones, y de los otros factores que supone hacer una película.

Si quieren ejemplos de buenos guiones que han sido representados con excelentes actuaciones, aquí les doy algunos: ¡Qué bello es vivir!, El Juicio de Núremberg, Sunset Boulevard, Testigo de Cargo, All About Eve, Casablanca, I confess, La Ventana Indiscreta, Lo que el viento se llevó, Qué pasó con Baby Jane, etc., etc… películas que con historias al parecer tan aburridas, tan sencillas y de bajo presupuesto (aunque no todas las nombradas), han sido puestas en pantalla con completa maestría.

¿Y a qué quiero llegar con tantos ejemplos? Pues a poder justificar con otras películas el hecho de que el guión del último Spider Man es realmente malo (por no decir otra cosa). Y quizás es esto lo que haga que las actuaciones del reparto sean tan débiles (no así como la primera de la saga pasada, con Tobby Maguire y Kirsten Dunst). Asimismo, y no exactamente por culpa del guión, no hay ninguna fusión entre Emma Stone y Andrew Garfield… ¡Sí! La historia de esta película es más estrecha al comic, pero la anterior tenía, sin duda alguna, mejores actuaciones y una mejor adaptación de la historia. Pues una cosa muy distinta es contar un buen cuento que contar bien un cuento.

Luego tenemos las innumerables películas de miedo. Todas parecen competir por un Oscar caduco. O películas realmente RIDÍCULAS, y se puede decir con suficiente franqueza, como El último día de la humanidad. Hay otras que por simple contenido son malas, ya que no transmiten absolutamente nada y que para colmo degradan nuestra naturaleza humana. La Naranja Mecánica (Éste es un ejemplo perfecto de cómo los medios se imponen al fin; siendo una película simplemente estética en el empleo de los medios, pero nada trascendental sino mas bien degradante en el contenido), por ejemplo, o Crepúsculo… sin comentar mucho acerca de lo que puede ser el libro: una de las basuras más caras que proporciona la moda literaria, que la tomas, la lanzas y luego no vuelves a leer más nunca en tu vida… O al menos espero que el ingenio de lectoras adolescentes dé para más…

Y así como el mal arte nos roba el dinero y nuestro valioso tiempo, logra aportarnos… ¡NADA!, pues le quita toda posible humanidad que atente contra el entretenimiento idiotizado de senos y pistolitas. Porque son películas dirigidas a un público tan sólo capaz de divertirse con eso… y, al parecer, el común de los espectadores, actualmente, hemos respondido ante tales requerimientos vergonzosos, ante aquel nivel tan bajo. Nos hemos convertido en un público incapaz de apreciar al verdadero Séptimo Arte que, más allá de poder rebajarse a un arma letal contra nuestra propia naturaleza, puede engrandecer lo más digno del hombre, hasta tal punto de cambiar vidas; de ascender el sentido humano a través de la verdadera belleza.

A.F.