sábado, 26 de noviembre de 2011

“AHORA LOS ENCABEZADOS SON MÁS PEQUEÑOS”


Para muchos venezolanos, el día a día ha llegado a constituir el peor de los temores: salimos de nuestros hogares con miedo de no regresar debido a la inseguridad que impera en las calles. Se le ha rebajado importancia al derecho más importante, el derecho a la vida. ¿Acaso ya no somos seres racionales y conscientes, sino que ahora estamos movidos tan sólo por el instinto de supervivencia?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Una gota de amor

Prólogo:

Soy un vividor empedernido. Disfruto y percibo la vida con mis cinco sentidos al máximo. Siento también emociones: felicidad, tristeza. Lloro y río, amo y sufro. He conocido el dulce sabor de la victoria y el amargo trago de una derrota. Tengo el privilegio de vivir en una ciudad llena de distintos sabores y paisajes, donde a pesar de los pesares, siempre encuentro una sonrisa dispuesta en mi día.

“La vida es bella, vívela. La vida es arte, contémplala. La vida es un misterio, descúbrela”
                                         - Madre Teresa de Calcuta

¿A dónde irán  esos futuros próceres de la vida, representantes de sus inventos, ideas y actos, luego de que se les arrebate su derecho tácito y primordial como seres humanos?

Un aborto no tiene justificación. Incluso cuando se presenta el caso en el que está en riesgo la vida de la madre, por determinadas circunstancias que se presentan en el embarazo, no se debería realizar este vil acto de crueldad y egoísmo. Condeno a los médicos que lo practican; no tan diferentes de asesinos a sueldo, pues también se les paga por acabar con una vida.

Fácil es desentenderse del asunto; cualquier individuo con un criterio mediocre alegaría que “es problema de quien experimenta esa situación” demostrando la falta de sensibilidad humana que tan necesaria es para todo hombre.

¿Por qué se ha perdido la sensibilidad?  Muchos ignoran que somos un colectivo. Dejando la religión a un lado, verdaderamente somos todos hermanos. Una misma especie que durante siglos y siglos ha hecho y deshecho todo… y seguimos en eso. Si bien se deben condenar nuestros actos para el desenvolvimiento óptimo de la sociedad, ¿por qué una criatura inocente debe pagar con su vida el “error” de sus padres?

“El que no valora la vida, no la merece”
- Leonardo Da Vinci

Pueden surgir fluctuaciones como, ¿Si dejo nacer a este niño, seré lo suficientemente bueno para él?  ¿Tengo los recursos para sostener a una familia? ¿Realmente quiero hacer una familia con la madre o el padre del niño?

Lo más sensato es buscar caminos. Sincerarse con uno mismo y ver el entorno. A veces, es hasta más responsable dar en adopción a un hijo que criarlo uno mismo. Sucede mucho en los sectores populares, que cuando no se aborta al niño, se le educa en un ambiente insano y decrépito, convirtiéndolo años más tarde en un criminal, un vagabundo o un drogadicto. Preferible es buscar ayuda: en el gobierno, en la iglesia, en otra familia, pero no sembrar lo más hermoso para luego abandonar su crecimiento.

Aplaudo a quienes se preparan para ser padres y formar familia. ¡Me quito el sombrero ante ustedes! Hombres y mujeres que crían a los héroes del mañana; médicos que salvarán vidas, abogados que defenderán la justicia, políticos que dirigirán a una nación. La mejor forma de enseñar es dando el ejemplo, y una gota de amor por cada familia puede lograr un cambio.

Anhelo un mundo donde todo embarazo sea una bendición, donde cada nacimiento sea un milagro y una familia siempre este allí, para darle la bienvenida con brazos y corazón abiertos a todo bebé.

Porque yo estoy vivo, y han transcurrido 17 años antes de que tomara la iniciativa de ser vocero de los inocentes. De proclamar el enfado atinado y modesto que presento ante ustedes. Porque podría incluirme en la muchedumbre, bajar la mirada, ocultar mi rostro, en vez de tomar cartas en el asunto.

No basta este texto. Pero hoy, lo comparto como humilde aporte.

Como mi manifiesto del derecho a la vida.

Javier Guevara

jueves, 13 de octubre de 2011

El valor de la amistad

“Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano”.                                                                                                 Demetrio de Falero. Orador, filósofo y gobernante ateniense.



Ésta nos deja mucho que pensar; a lo largo de nuestra vida pasan centenares personas, de todas las razas, lenguas y colores; que hasta podemos llegar a considerar los como amigos. Pero esas personas que conocemos como “amigos”, ¿saben valorar  realmente la amistad?

La amistad es un vínculo que nos proporciona la posibilidad de compartir experiencias, conocimientos, etc. entre dos o más personas, donde exista la confianza, la lealtad y la solidaridad. “Un amigo es la persona con la que se puede pensar en voz alta” decía el poeta y ensayista estadounidense Ralph Waldo Emerson.  

El amigo es una persona que lo sabe todo sobre ti y te quiere tal como eres por eso te ayuda en las cosas que te cuestan. La amistad abarca la lealtad y confidencialidad. Lograr la sinceridad mutua. Un amigo siempre va a estar pendiente de ti, estará en esos momentos en los que él sabe que son difíciles para ti, te estará apoyando en las buenas y en las malas, y te llevará siempre por el camino del bien, porque un buen amigo siempre querrá lo mejor para ti.

“El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos”Yo en lo particular estoy de acuerdo con este proverbio, porque de algún modo nos está diciendo, <<todo el mundo tiene defectos>> y es cierto, no hay nadie en el mundo que sea perfecto, solo Dios. Y si buscas un amigo sin defectos no lo encontrarás nunca. Además los defectos nos ayudan a querer más a las personas, a fijarnos en ellas, y si con ellas tenemos confianza, hemos de decírselo.

“La amistad es el mejor regalo que Dios ha ofrecido al hombre”Todos en algún momento de nuestra vida le damos gracias a Dios por algún amigo, un compañero, que en algún momento nos ayudó, y se preocupó por nosotros. Dios está detrás de todo esto. El nunca nos dejará solos, sin nadie q nos apoye, que nos de consejos, nos ayude a diferenciar lo bueno de lo malo porque eso si lo hacen los verdaderos amigos, nos ayudan en las malas y nos apoyan en las buenas. Cada día tenemos que ser mejores personas, mejores amigos, preocupar nos por los demás, para que los demás se den cuenta que nos preocupamos por ellas. Así ellos harán lo mismo con nosotros en algún momento, en el que más lo necesitemos, aun sin darnos cuenta estaremos recibiendo una ayuda, de ese gran amigo en el que nunca pensaste que podrías confiar o en ese amigo que siempre confiaste.

“No hay mayor riqueza que la verdadera amistad”.                                   Anónimo.



Tomás  Ocanto.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Una experiencia inolvidable


Me entere de la JMJ por una compañera del colegio. Era la primera vez que salía del país y me pareció que sería un viaje más productivo si lo hacía no sólo por razones culturales. Todo el mundo solía decirme que no conocería bien las zonas que visitaría por ser este un viaje de peregrinación. A las personas que les comentaba que iría a ver al papa no siempre lo tomaban como algo bueno. Pero igual mis ganas de estar allí nunca se fueron.


Según lo que se ve en muchos videos de jornadas pasadas, se puede notar la alegría de los jóvenes y la emoción de pertenecer a algo tan importante. Pero estos videos nunca me explicaron con exactitud lo que iba a experimentar al estar allí.

El recorrido que hicimos fue primero a ciertos lugares de España y Lourdes (Francia).Ya de por sí se podían visualizar muchos peregrinos, como en la procesión de velas en Lourdes, donde los peregrinos llenaron la catedral. Notablemente se podía sentir la felicidad que se avecinaba a Madrid.

En Madrid se respiraba un aire totalmente festivo y lleno de alegría por la llegada del Papa. El hecho de que tantos jóvenes piensen igual que yo, respecto a la religión, me hizo ver todo de una manera diferente, ya que ahora puedo tener en cuenta a todas las personas que sí quieren estar cerca de la Iglesia y cerca de Dios, algo que yo pensaba difícil en estos tiempos.

Aunque muchos residentes españoles eran muy amables, es cierto que muchos de ellos no estaban de acuerdo con el evento y trataron de causar disturbios, pero, nunca se hicieron sentir vigorosamente ya que en cantidad éramos más los peregrinos presentes.

Los últimos días de la jornada vendrían siendo la vigilia y la misa con el papa que son los dos eventos que nunca voy a olvidar, porque como dijo el Santo Padre esos días, todos los peregrinos aguantamos los inconvenientes que se nos presentaron como la lluvia y el extremo calor, por amor y entrega a Dios.

Lo más importante ahora que todos los peregrinos regresamos a nuestro respectivo país, es tratar de difundir al máximo lo que fue la Jornada Mundial de la Juventud. Aunque es casi imposible explicar con palabras la sensación de estar junto a tantos jóvenes católicos y hay que tratar de transmitir a muchas personas lo que se siente formar parte de algo tan grande e importante.

La JMJ será un viaje que recordare para toda mi vida, ya que me hizo crecer enormemente como persona y me dio el impulso para sentirme más segura respecto a lo que creo.

María Teresa Gómez

domingo, 14 de agosto de 2011

La Propiedad Privada

      En la “Declaración Universal de los Derechos del Hombre” se consagra como fundamental el derecho humano a la propiedad. En el artículo 17 podemos leer: “1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. / 2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”.


        En esta Declaración Universal se propone un solo artículo sobre la propiedad privada que además de ser corto y preciso, nos muestra sus características primordiales. La “propiedad privada” debe existir y nadie puede ser expropiado sin los requisitos que la ley prevee. Eso no excluye la expropiación si así lo requiere el bien común de la nación.

        “También surge de la naturaleza humana el derecho a la propiedad privada de los bienes, incluidos los de producción, como en otra ocasión hemos señalado. Es un modo eficiente para garantizar la dignidad de la persona humana y el ejercicio libre de la propia misión en todos los campos de la actividad económica, y es, finalmente, un elemento de tranquilidad y de consolidación para la vida familiar, con el consiguiente aumento de paz y prosperidad en el Estado”. (Extracto tomado de “Derechos Humanos” Juan José Caldera sobre la Encíclica Pacen in Terris)

        Nuestra “Constitución de la República Bolivariana de Venezuela” consagra el derecho a la propiedad. En los artículos 115 nos dice: “Se garantiza el derecho a la propiedad. Toda persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o Interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”.

        En el artículo 116 afirma: “No se decretarán ni ejecutarán confiscaciones de bienes sino en los casos permitidos por esta Constitución. Por vía de excepción podrán ser objeto de confiscación, mediante sentencia firme, los bienes de personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, responsables de delitos cometidos contra el patrimonio público, los bienes de quienes se hayan enriquecido ilícitamente al amparo del Poder Público y los bienes provenientes de las actividades comerciales, financieras o cualesquiera otras vinculadas al tráfico ilícito de sustancias psicotrópicas y estupefacientes”.

        En el ordenamiento jurídico de Venezuela esta resguardada la propiedad privada (Por los artículos de la “Constitución de la República Bolivariana de Venezuela” antes citados). Por tanto, todo atropello a este derecho deberá ser castigado: ya que es algo consagrado en la constitución y que por el “principio de la legalidad”, debe ser respetada como la norma de mayor rango en todo nuestro sistema jurídico.

      Igualmente se contempla la expropiación –DE UTILIDAD PÚBLICA O SOCIAL- por sentencia firme y pago oportuno de una indemnización justa como debe ser en todo ordenamiento jurídico de cualquier país del mundo. 

        En la encíclica Centesimus Annus se define de manera amplia y magistral  el verdadero sentido de la propiedad privada: “Este derecho es fundamental en toda persona para su autonomía y su desarrollo…la Iglesia enseña que la propiedad no es un derecho absoluto, ya que en su naturaleza de derecho humano lleva inscrita la propia limitación”.

        La propiedad fundada en los valores éticos de la persona y su dignidad, es un derecho fundamental para las personas. Con esto no quiero decir que sea el derecho más importante del mundo, pues antes está la vida y todo lo que contribuya para que la convivencia sea humana y permita el desarrollo de la persona.

       “Primacía entonces de las personas sobre las cosas. Lo cual significa - señala la Laboren Exercens- la prioridad del trabajo sobre el capital”. (Extracto de “Visión del Hombre” de Rafael Tomás Caldera)

      “No son las cosas lo que hacen importante al hombre; somos los hombres los que hacemos importantes a las cosas”. (Extracto de “Visión del Hombre” de Rafael Tomás Caldera)

      “Con el trabajo ha estado siempre vinculado desde el principio del problema de la propiedad: en efecto, para hacer servir para sí y para los demás los recursos escondidos de la naturaleza, el hombre tiene como único medio su trabajo. Y para hacer fructificar estos recursos por medio del trabajo, el hombre se apropia en pequeñas partes, de las diversas riquezas de la naturaleza: del subsuelo, del mar, de la tierra, del espacio. De todo esto se apropia el convirtiéndolo en su puesto de trabajo” (Laborem Exercens)

    Juan Pablo II en la encíclica “Centesimus Annus” dice que la propiedad privada “es necesaria”, pero “su uso” también es de importancia, y allí va entrar la  moralidad y libertad de la persona en decidir que hace con ella.

       Toda propiedad debe de estar  subordinada a un bien mayor. Con la voluntad y la libertad hay que defender el  bien y buscar la verdad, y no solamente vivir para acumular bienes. Todos tenemos que aportar para tener una sociedad mejor.

        Actualmente nos ocupamos solo de producir y ganar dinero, pero no aprendemos a vivir que es más importante.  Es loable tener iniciativa. Solo así estaremos en condiciones de disminuir la pobreza y erradicar las conductas  que degradan a las personas y las hacen infelices.

          Debemos respetar los derechos humanos y asegurar las condiciones mínimas para el desarrollo de la persona tal como lo señala el Catecismo de la Iglesia Católica.

        La antinomia entre el trabajo y el capital no tiene su origen en la estructura misma de las cosas. La ruptura ha tenido lugar en la mente humana. (Laboren Exercens)

          Actualmente en el país, vivimos un problema económico, social y cultural, que nos afecta a todos. El tema que elegí para el trabajo fue la “Propiedad Privada” porque no se está respetando el derecho a tenerla.  Las ideologías equivocadas corrompen a la persona y la alejan de la verdad. Ya no reconoce  su  dignidad  basada en que es un ser racional e hija de Dios.

      En Venezuela quien ejerce el poder ha tomado atribuciones con argumentos inconstitucionales para decidir sobre la propiedad de las personas. Esto es un abuso ya que toda persona, al ser libre, tiene el derecho de tener las propiedades que quiera, siempre que respete el ordenamiento jurídico de su país.

      En el “Preámbulo” de la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, dice: “el menosprecio de los derechos humanos ha originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad”. Esto deja claro que atentar contra cualquier derecho humano es un abuso de poder por parte de aquel que lo ejerce.

         “Si cada hombre goza del derecho de defender, -incluso por la fuerza si fuera necesario- su persona, su libertad y su propiedad, varios hombres gozan del derecho de concertarse, de entenderse, de organizar una fuerza común para proveer esa defensa con regularidad” (Frederick Bastiat “La Ley”)


            Juan Miguel Andrade García

El Frío del Papel

Apenas salía el sol. Leo se despertó e inmediatamente se cepilló los dientes. Tenía tantas ganas de respirar el aire puro de la ciudad que se olvidó una vez más de su madre, Olga. Este no aguantaba sus insultos diarios por cualquier cosa. En realidad, Leo no entendía por qué Olga lo trataba tan mal. ¿Dejó de pedirle la bendición? No lo sabía. ¿La ofendió en algún momento? Tampoco lo recuerda. Solo estaba seguro de que en la calle podía encontrar algo distinto a los problemas familiares que constantemente enfrentaba. Mirar a la gente pasar, ver el tráfico que se formaba por algún accidente, o simplemente observar las risas de las personas era genial.

 Leo pasaba horas fuera de su casa. Su madre nunca lo llamaba. El teléfono repicaba para anunciar a Marta, quien siempre lo acompañaba en los momentos difíciles. Cada fin de semana salían a distraerse un poco y Leo no paraba de hablar de su madre. Un día, Leo esperaba a Marta en alguna estación de metro como era costumbre. Sin embargo, una llamada lo estremeció. Era un hombre que avisó la llegada de una mujer blanca, de cabello largo castaño y muy delgada a un hospital. Ante tal descripción, Leo comprendió que se trataba de Olga. Leo pidió la dirección del lugar donde estaba recluida y de inmediato fue tras ella.

Los nervios de Leo eran tan evidentes que su rostro cambiaba de color, de un blanco pálido a un rojo intenso. Los minutos transcurrían y lo único que tenía en su mente eran malas noticias. Su mayor deseo era llegar lo más rápido posible a ver a su madre. Mientras tanto, el hombre que llamó a Leo estuvo al tanto del estado de salud de Olga. No era muy favorable. La sala de espera del hospital se encontraba vacía, como si la tristeza hubiese nublado el lugar. A lo lejos se escuchaban los pasos de aquella persona que llamó por teléfono a Leo. Su rostro mantenía una seriedad única hasta la llegada del chico. Desesperado, Leo gritaba el nombre de su madre, y el hombre del teléfono se le acercó.

—   ¿Eres Leo, no?—le dijo.

—   Sí, ¿sabe dónde está mi mamá? — preguntó angustiado.

—    En el más profundo de los descansos. — respondió sin titubear. — Y te dejó esta nota, que ahora debes revisar. — advirtió.

Leo tomó la nota y se alejó un poco del hombre que le habló. Temeroso, confundido, con una carga tan grande en el pecho, abrió aquel pedazo de papel como si fuese Olga quien le hablara. Aquella nota tenía tanta tristeza en medio de sus palabras, que Leo no pudo más con sus sentimientos y lloró como un recién nacido. El hombre solo observaba con detenimiento la reacción de Leo. Él quería escapar de ese lugar llamado hospital que terminó por aborrecer apenas terminó de leer la nota. Antes de irse, el hombre detuvo a Leo para poder consolarlo como él hubiese querido que lo hiciera su madre. Para ambos era difícil aceptar la realidad. Leo quería arrancarse el corazón y dejarlo en el suelo, pero a la vez tenía que luchar por el futuro que le esperaba.

Un poco más calmado, Leo insistió en saber quién era ese hombre que lo llamó. No le encontraba sentido por más que lo pensara en su alterado estado de ánimo. El hombre tenía mucha curiosidad en saber cómo era la relación de Olga con Leo. El la recuerda como una mujer difícil, encerrada en sí misma, y con muchos problemas desde su juventud. Por lo que cuenta Leo, aún en su madura edad no cambió su actitud. Y él quería saber por qué.

 El hombre imaginaba tener una respuesta a las interrogantes del chico. Para Leo siempre fue doloroso no saber qué era lo que le pasaba a su madre. Su silencio, su encierro y su falta de amor hacia él era un asunto lamentable.

 El hombre no dejó pasar la oportunidad y le contó que conocía a su madre desde la adolescencia. Para ambos fue una época de inseguridad que nunca podrán olvidar. Leo parecía muy interesado en escuchar algo que Olga jamás contaría. No se sabe si por vergüenza o inmadurez. En una fiesta, la confusión de dos seres humanos se unió. Todo iba entre risas y diversión. Sin pensar que aquella mujer despreocupada pudiera enfrentar la dura realidad de dar vida a tan corta edad. Sorprendido, Leo volvió a leer la nota que le dejó Olga en voz alta.

—   Nunca estuvo ni estará en mis planes compartir mi vida con alguien más —leyó con mucha tristeza.

Leo salió destrozado del hospital sin permitir una palabra más de otra persona. Quería olvidarse de todo y de todas las personas que lo rodeaban, incluyendo a Marta. Pero el hombre lo detuvo por un momento.

—   ¿Apenas comienzas a vivir, sé que no puedes comprenderlo. Déjame ayudarte — le dijo.

—   Gracias — respondió desesperado.

            Leo no pudo aguantar tantas emociones juntas y lo abrazó como si nunca lo hubiesen felicitado por su cumpleaños.

        Vicente Bloise

domingo, 17 de julio de 2011

Todos los animales son iguales

El título del post se refiere al séptimo mandamiento del “Animalismo”, sátira del comunismo que se vivía en la Unión Soviética, en el libro “La Rebelión de la Granja (Animal Farm)” de George Orwell. En él, se expresa de modo perfectamente claro cómo se llega a implantar un régimen comunista, sin importar los medios que se utilicen, y sólo un pequeño grupo son beneficiados.

En un principio, en la granja del Sr. Jones reinaba la paz, hasta que uno de los puercos con más edad y experiencia decidió infundir la idea de una revolución, en la cual los “explotadores” humanos quedarían expulsados y todos los animales vivirían en plena libertad sin opresiones, trabajarían cuánto quisieran y todo lo que producirían lo consumirían, sin que nadie más interfiriera. Este régimen estaría dirigido por los cochinos, quienes tomarían todas las decisiones (¿no era que todos los animales eran iguales?).

Lo principal que buscaban todos los animales es que nunca fueran tan oprimidos como “en los tiempos del Sr. Jones”, sin embargo, se ven forzados a trabajar muchísimo más que antes, en pro de la revolución, sin recibir recompensas, porque su recompensa era “ser libre”. Además, se cree firmemente que lo peor que existe en el mundo son los humanos, y no se debe hacer nada parecido a ello, fundamento principal de "Los Siete Mandamientos".

Transcurrida la novela, los puercos empiezan a tener tendencias humanas, y modifican paulatinamente los mandamientos, para quedar justificados, diciendo que en un principio no dijeron esto, sino aquello, y que nunca ocurrió tal o cual cosa, o que este tipo de cosas son necesarias para una revolución. Se producen catástrofes: se produce para la venta, mientras que en la granja se mueren de hambre; matan a todo aquel que cuestiona una mínima parte de las decisiones del “Líder”; los cochinos comen muchísimo mejor que todos los animales; y destinan los ingresos y planes de la granja únicamente a su beneficio, etc.


Cuando los animales van al fondo del granero a ver escritos "Los Siete Mandamientos", todos han sido borrados y sustituidos por uno: “todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.


Al final de la obra, los puercos (vestidos y caminando en dos patas) y los humanos están sentados en la misma mesa, jugando cartas, y se arma un griterío al notar que tanto uno de los cochinos y uno de los humanos están haciendo trampa. “Los animales de afuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible discernir quién era quién”

No debemos irnos a una granja, ni a la Unión Soviética para ver esto: un lugar en el que se cambia TODO (nombre, políticas, bandera) para diferenciarse de aquellos tiempos lejanos en el que “reinaba la opresión y el engaño”, y en el que ahora “estamos mejores”, y cualquier cosa que se cuestiona, si no eres asesinado, se responde con un “¿es que acaso quieres volver a como estábamos antes?”; un lugar en el que se dice que hay participación de todos, pero es un pequeño grupo que es beneficiado y que hace planes sólo para ellos; un lugar donde no importas tú, ni tus cosas, ni tus intereses, sino sólo los de este pequeño grupo de beneficiados, que los enmascaran como “los intereses de la revolución”; un lugar donde se produce para la exportación, y se descuidan los productos, mientras un grandísimo número mueren de hambre…En este lugar, son los asquerosos puercos quienes gobiernan mientras todos los demás animales viven de acuerdo con esto.

José Urdaneta

miércoles, 13 de julio de 2011

Deseos de comodidad



Desde tiempos remotos el hombre siempre ha buscado la comodidad, y eso lo ha llevado a esclavizar a otros hombres e incluso a separarlos por clases,  le ha llevado a acomodarse mentalmente originando la comodidad de no tener que pensar demasiado y evitar responsabilidades.

            Detengámonos un momento para pensar… ¿realmente es bueno el exceso de comodidad? ¿A quién beneficia? ¿Es sólo cosa de nosotros o es capricho de nuestro cuerpo?  Sabemos que la comodidad que diariamente nos pide el cuerpo no es mala, mala es cuando pasa a ser costumbre, cuando la empezamos a hacer a cada rato, cada hora, en todo momento, sin estar pendiente de lo que debemos hacer, sólo prestándole atención al descanso. Si sabemos que tenemos que entregar una tarea, una tesis o un informe para mañana ¿por qué dejarlo para última hora? ¿No crees que es mejor salir más temprano de las cosas y luego descansar? Si tenemos ese tiempo libre ¿por qué no lo utilizamos para leer algún libro, para estudiar, o incluso hacer deporte, en vez de quedarnos acostados sin hacer nada viendo televisión?


El hombre cada día inventa algo nuevo, algo que genera más comodidad en las personas, pero ¿nos damos cuenta? No, diariamente, ahora todo es mas “sencillo” mas “fácil”, pero sin darnos cuenta el hombre ha dejado de hacer ese esfuerzo que antes hacía, ahora la mayoría de las cosas se hacen con un botón o simplemente hablando. ¿Qué será de las próximas generaciones si la nuestra es así? ¿Habrá algún día en que todos seremos como en la película de “WALL-E”?


           Hace unos días estaba viendo en Discovery Chanel un programa que se llama “tecnología del siglo XXI” y vi que estaban construyendo unos robots pequeños que parecían un frisby que se colocan debajo de los muebles.  En la sala de una casa unos niños están pintando y recortando, al terminar, la  mamá ve como dejaron la sala los niños y se queja porque está todo el piso sucio y rayado, se pone a pensar “¿será que lo limpio o no? mejor no...” sale de la habitación y presiona un botón, salen los robots de los muebles y limpian todo. Es cuando yo me pongo a pensar ¿dónde quedó ese esfuerzo humano que tenían las personas de antes que no se quejaban por lavar unos platos, por recoger un sucio en el piso? ¿Si seguimos así creceremos como personas? O cada día con esta comodidad seremos más flácidos al tener que hacer algo, ¿avanzarán las sociedades con personas así?

           
¿Puede ser el exceso de comodidad lo que impide a las sociedades avanzar por su propio esfuerzo, por sí mismas y no mediante la fuerza de crisis/guerras que obligan a tomar medidas para desarrollarse? Quizás sea éste uno de los factores claves, si no el más importante en la ecuación de la estupidez humana.


¿Por qué cuando hay una guerra, una amenaza, o una catástrofe, pobreza, etc. la comodidad desaparece, y las nuevas generaciones tienen ganas de dejarse la piel, de trabajar por los suyos, etc.?

            

Quizás, porque cuando el daño ya ha sido recibido de pleno, algo interno en el hombre se activa para sobrevivir la especie, de repente cuando el hombre pierde lo que tiene, es cuando lo valora y empieza a desearlo y trabajar por ello como si valiera más que la vida.


           ¿Se puede reeducar la mente, al hombre para evitar que desvalorice lo que tiene, para evitar que caiga en las ansias de comodidad?...



Tomás Ocanto

miércoles, 27 de abril de 2011

UN AMIGO FRANCÉS


Hace unos días conocí a un francés que vino a Venezuela a hacer labor humanitaria,  exigida en los colegios como condición para graduarte. De cómo la aproveches depende que te haga mucho bien o no.



En una pequeña conversación que tuve con él me llamó la atención su forma de pensar. El tiempo de la conversación fue prolongada ya que las palabras de este joven reflejaban perfectamente lo que es nuestro país. 


Esa persona que vino de Francia a preocuparse por los demás en Petare, me hizo reflexionar. ¿Qué interés tenía en venir desde Francia a un lugar como éste? ¿Por qué Venezuela? ¿Se habrá equivocado de avión? ¿Qué pensará que hay en este lugar?... Todo esto y más vino rápidamente a mi cabeza.



Tras unos pensativos minutos decidí romper el silencio ocasionado por mis pensamientos con una pregunta sencilla y comprensible para un francés que habla poco nuestro idioma: ¿Qué es lo que más te ha gustado de Venezuela? 



Él me contestó de inmediato: “El barrio”. Yo por dentro me dije a lo criollo: ¿Qué le pasa a este pana? Dejé que siguiera hablando: “Es que en Venezuela hay muchos contrastes”. Esa palabra que para muchos podría ser la frase del día, para mí, también lo fue.



Cuando llegué a casa fui directamente al diccionario para constatar si alguno de los dos se había equivocado. Para enterarme bien de lo que me quiso decir con los “contrastes”. Estaba en lo cierto, "diferencia notable que existe entre personas"… Dio en el clavo al describir a Venezuela.  


Así que decidí escribir estas líneas, para dejar constancia de su aguda observación. En este tópico hemos de profundizar, si queremos conocer nuestro país. ¿Es que acaso no estaré yo contribuyendo con mi indiferencia a que estos contrastes se incrementen? ¿Es justo que sufran esas personas que tienen los mismos deberes y derechos que yo?



¿Es que no nos damos cuenta de que este problema surge cuando vivimos en una zona, estado, o lugar privilegiado, sin pensar que podríamos haber formado parte de los otros?



Me parece impostergable la solución a este problema. Vivimos inmersos en una realidad que no palpamos. Tuvo que venir alguien de otro país, de otro continente, para llamarnos a la reflexión. Apenas llegó, en un primer momento, se dio cuenta de una situación que a nosotros nos parecía normal. 



Juan Miguel Andrade