miércoles, 31 de agosto de 2011

Una experiencia inolvidable


Me entere de la JMJ por una compañera del colegio. Era la primera vez que salía del país y me pareció que sería un viaje más productivo si lo hacía no sólo por razones culturales. Todo el mundo solía decirme que no conocería bien las zonas que visitaría por ser este un viaje de peregrinación. A las personas que les comentaba que iría a ver al papa no siempre lo tomaban como algo bueno. Pero igual mis ganas de estar allí nunca se fueron.


Según lo que se ve en muchos videos de jornadas pasadas, se puede notar la alegría de los jóvenes y la emoción de pertenecer a algo tan importante. Pero estos videos nunca me explicaron con exactitud lo que iba a experimentar al estar allí.

El recorrido que hicimos fue primero a ciertos lugares de España y Lourdes (Francia).Ya de por sí se podían visualizar muchos peregrinos, como en la procesión de velas en Lourdes, donde los peregrinos llenaron la catedral. Notablemente se podía sentir la felicidad que se avecinaba a Madrid.

En Madrid se respiraba un aire totalmente festivo y lleno de alegría por la llegada del Papa. El hecho de que tantos jóvenes piensen igual que yo, respecto a la religión, me hizo ver todo de una manera diferente, ya que ahora puedo tener en cuenta a todas las personas que sí quieren estar cerca de la Iglesia y cerca de Dios, algo que yo pensaba difícil en estos tiempos.

Aunque muchos residentes españoles eran muy amables, es cierto que muchos de ellos no estaban de acuerdo con el evento y trataron de causar disturbios, pero, nunca se hicieron sentir vigorosamente ya que en cantidad éramos más los peregrinos presentes.

Los últimos días de la jornada vendrían siendo la vigilia y la misa con el papa que son los dos eventos que nunca voy a olvidar, porque como dijo el Santo Padre esos días, todos los peregrinos aguantamos los inconvenientes que se nos presentaron como la lluvia y el extremo calor, por amor y entrega a Dios.

Lo más importante ahora que todos los peregrinos regresamos a nuestro respectivo país, es tratar de difundir al máximo lo que fue la Jornada Mundial de la Juventud. Aunque es casi imposible explicar con palabras la sensación de estar junto a tantos jóvenes católicos y hay que tratar de transmitir a muchas personas lo que se siente formar parte de algo tan grande e importante.

La JMJ será un viaje que recordare para toda mi vida, ya que me hizo crecer enormemente como persona y me dio el impulso para sentirme más segura respecto a lo que creo.

María Teresa Gómez

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