
En mi visita por la Universidad de Bolonia, Italia. Es considerada la primera universidad del mundo.
Hace unos años, apenas estaba empezando mi carrera, un amigo quería que lo aconsejara sobre si valía la pena estudiar en una universidad. Creo que en aquel momento no pude ayudarlo mucho. Ahora, a pocos días de mi acto de grado para obtener mi título en Licenciado en Comunicación Social, quiero intentar nuevamente responder a esa pregunta por si mi amigo u otro todavía tienen la duda.
La Universidad es aquel lugar que nos toca vivir en una etapa de la vida en la que todavía estamos formando nuestra personalidad, nuestro carácter. Será un periodo de tiempo donde desarrollaremos nuestras potencialidades para ser mejores personas; será el lugar donde adquiriremos virtudes. Es un lugar donde todo conspira a favor de nosotros para absorber hábitos buenos: la puntualidad para llegar a clases, el orden para llevar al día las materias, la paciencia para aguantar al compañero inoportuno o al profesor aburrido, la alegría para tratar con los amigos, la humildad para servir, etc.
Sabiendo esto, son esos años en la universidad en que la persona se exige de una u otra manera, de forma voluntaria o inadvertida, a desarrollar hábitos buenos que lo ayudarán en su formación. También, es en este período, en el que cada estudiante no sólo se dedicará a aprender lo propio de su carrera para ser un profesional competitivo, sino que tendrá la oportunidad de adquirir conocimientos que le ayudarán a crecer intelectualmente, sea porque la universidad pone a su disposición espacios para fomentar su cultura general, como también en esa relación con profesores o compañeros que, en ese tú a tú, lo enriquecen.
Existen muchas otras buenas razones para estudiar en una universidad. Lamento que deje por fuera la gran mayoría y quizás hasta las más importantes. Pero bueno, son las que ahora me llegan a la mente. Pero no quiero terminar sin antes traer a colación una más: el aprendizaje sobre la búsqueda de la verdad y el bien.
Ciertamente hoy, por culpa del relativismo moral, se hace cada vez más difícil este discernimiento de lo que es bueno y verdadero, pero eso es tema para otro post. ¡Que viva la vida universitaria!
Mario Alfonzo
@alfonzomario
http://estanciadelsello.com/
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