Un texto de San Agustín (Confesiones, libro X), para los que seguís creyendo que los viajes de fin de semana hay que hacerlos hacia afuera:
"Se desplaza la gente para admirar los picos de las montañas, las gigantescas olas del mar, las corrientes de los ríos, el océano y las órbitas de los astros, mientras se olvidan de sí mismos, y no se maravillan de que yo, al nombrar todas estas cosas, no las veo con mis ojos. Y, sin embargo, sería incapaz de hablar de ellas si interiormente no viese en mi memoria las montañas, el oleaje, los ríos..., con dimensiones tan grandes como si los viese fuera".
Les animaba con esto a mis alumnos a rebelarse contra lo que nos rodea (la salida, la huída, el éxtasis químico, el alcohol, los planes historiados), a darle la patada a nuestra existencia en la 'exterioridad' y a mirar hacia adentro.
"¿Cuántos de vosotros ha dedicado en los últimos siete días algún minuto a escribir para intentar ordenar sus propias ideas?", les preguntaba. "¿Cuántos de vosotros ha dedicado en los últimos siete días algún minuto a escribir para intentar ordenar sus propias ideas?", os pregunto.
La conocida frase de Pascal: “Toda la desgracia de los hombres viene de una sola cosa, que no saben quedarse tranquilos en una habitación.”
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