martes, 29 de septiembre de 2015

A un mes de protesta o, el primer mes de protesta


Un balance general de cualquier cosa resultará evidentemente en un resumen de aciertos y desaciertos; el mes de manifestaciones y represión venezolano no es la excepción. El simple hecho de mantener actividades de protestas es un logro para los venezolanos (los que las apoyan o no) y el uso desmedido de la fuerza la desafortunada respuesta cantada de un gobierno ilegítimo e incapaz.

Entre matices infinitos y variados el balance se torna engorroso, pero salta a la luz el tipo de fenómeno que vivimos en Venezuela, cuestión que muchos nombran pero pocos demuestran entendimiento. Comprender el carácter preminentemente social del momento nos esclarece sus fundamentos y las directrices generales (por lo tanto, necesariamente, la política se hace presente) que debieran encaminar el llamado movimiento.

Siendo un fenómeno preminentemente social, como se dijo, el malestar que lo motiva no puede ser trasladado a un segundo plano, mucho menos plantear soluciones que lo ignoren. Entender la coyuntura así, no niega el problema político ni el económico, pero logra integrarlos todos, ya que, la degradación social (personal) es la principal causa de la existencia de regímenes como el que impera, junto con los desórdenes económicos de los que se vale.

Visto así, la serenidad vendrá para el analista y el político, quien entenderá que todo lo que ocurre es parte de un proceso que, si no involucra desde la raíz hasta la copa del árbol societal, quedará escueto. Proceso que como todo así llamado involucra necesariamente tiempo y esfuerzo. Siendo un proceso social, involucrará necesariamente mucho tiempo y mucho esfuerzo.

Estas no pretenden ser palabras de desaliento, sino todo lo contrario. Las repetidas exigencias inmediatas de las protestas niegan la realidad del asunto y crean fatiga y desánimo al no ver resultados. Por lo tanto, saber que no es un mes de protesta lo que se cumple el 12 de Marzo, sino el primer mes de protesta, es una invitación tácita a comprometernos más con este proceso social de cambio, (necesario) para acercarnos al bien, planteando ideas más profundas y completas, y realizando acciones más contundentes y efectivas.


Saber que debemos correr cinco kilómetros nos prepara para llegar a la meta. Que no nos tome "por sorpresa" esta carrera por esperar en nuestra flojera y desinterés que sea de cien metros.

Alfredo Rodríguez. 


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