martes, 29 de septiembre de 2015

El ciclo sin fin (Librerías, libros y consejos)


Todo comienza con uno, aquel que te atrapa, que te enloquece, aquel que quisieras nunca acabar, leerlo, releerlo… aquel que llega a formar parte de tu adolescencia y que pasa a ser uno más después de otro, y ese otro convertido en otro después de otro, y ese en otro… todo llega a ser un ciclo interminable.
Los autores resultan ser nuestros peores enemigos, nos enganchan con sus libros como si de esclavos nos tratáramos. Luego del primero viene el otro, luego el otro, luego el otro, hasta creer que hemos leído sus obras completas y estamos completamente equivocados, siempre aparece algo bueno después del siguiente. Es, definitivamente, un ciclo interminable.
El peligro viene a continuación, cuando creemos que los libros se agotan, que sólo existe una copia, que debemos comprar sin parar, hasta enloquecer. Y así es, llegas a ver una librería de estante en estante, te apresuras a comprar innumerables libros, para luego ir a la otra a gastar en más y más, todo por querer tener YA lo que se va a leer en un futuro. ¡Se compra, mas no se lee, se pone como de adorno, mas no se usa; se regala, para colocar libros de la biblioteca del abuelo para luego sacarlos y colocar libros nuevos, para luego cambiarlos por mejores ediciones y luego cambiarlos por los nuevos libros encontrados en la biblioteca del abuelo!… Nos atrapa un ciclo sin fin.
Pero no se lee, ese es el problema.  La librería resulta ser nuestra peor pesadilla y a la vez, nuestro mejor sueño; es una especie de droga que te va consumiendo poco a poco, que te atrapa y no te suelta, que te deja tan sólo para ir a otra, y de esa a otra, y luego a otra, ¡y a otra y otra y otra! Resulta ser, indudablemente, un ciclo sin fin.
¡Qué pares de gastar!, nos dice mamá, ¡Qué pares de comprar! Nos suplica mamá, ¡No más librerías! Nos ordena mamá.  Pero lo que no sabe es en dónde nos hemos metido, en nuestro ciclo sin fin; en aquél que sigue y sigue y sigue, ¡no para, no para, no para!  Se lee, se compra; se tiene, se compra; no lees, se compra; se recomienda, se compra; se vende, se compra; ¡no paras, no paras, no paras! No te queda otra opción ¡Se agota, se agota! ¡Sólo compra!
Sin embargo, expliquemos la situación.  No desprestigiemos al mejor objeto que ha podido existir terrenalmente; a la mejor inversión, a la única compra que perdurará para toda la vida: el libro.
Los libros no resultan ser más que medios de transmisión de cultura, por ellos se comprende nuestra naturaleza humana y otros aspectos de la vida del hombre desde el punto de vista de millones de personas distintas. Y por ser aquellos tan variados, tendemos a veces a leer cosas absurdas, banales, inútiles, que no transmiten nada o simplemente ridículas que nos dejan desconcertados por un momento, decepcionados por haber perdido nuestro tiempo en basura bien cara.
En cambio, los buenos libros es otro tema, nunca sabemos reconocer cuándo estamos realmente cerca de un buen libro, si no hemos leído otros de calidad que nos demuestren a qué se refiere esto.
La recomendación sin duda es indispensable.  Creemos saberlo todo, hasta de libros, pues estamos equivocados. Resulta ser que lo que piensa aquel, sin un buen criterio, de lo que es un buen libro, trata de inmoralidad o de narraciones escritas por gente vergonzosa, ignorante o drogadicta; ya que de no haberse fumado algo ese libro no habría sido una realidad.
Un buen libro es aquél que te forma, humana o culturalmente, que te deja algo, que permite que crezcas como persona, como ser humano hechos para el bien.  No es aquel que rebaja nuestra calidad de hombres a un nivel mucho más bajo, aquel que no encuentra cabida en la lectura de un buen lector.
Es por esto que se nos da un consejo a nosotros, principiantes en la lectura, el mejor al tratarse de libros, que no es más que optar en cada momento necesario por una persona especializada que nos aconseje un buen libro para leer y a estar dispuestos a leer, y no sólo a comprar, porque sino nuestra gran inversión resultará un fracaso.

Gabriel Capriles

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