La Iglesia Católica celebró el pasado mes de julio el encuentro XXVIII
de la Jornada Mundial de la Juventud en la ciudad maravillosa de Río de
Janeiro, Brasil. Este evento, considerado el más grande del mundo superando inclusive
a copas mundiales y juegos olímpicos, reunió a más de 3,7 millones de personas
en la misa de clausura.
Esta ocasión fue muy significativa para el pueblo católico porque es la
segunda vez que se realizaba una JMJ en Latinoamérica y con el primer papa
latino: Francisco. La juventud aguardaba con gran alegría este encuentro
mundial que permite mostrar lo grande que es la Santa Iglesia Católica, pese a
los problemas en que se ha visto involucrada en los últimos años; hoy en día
queda demostrado que somos una Iglesia viva, alegre, llena de jóvenes
dispuestos a ir contracorriente, sin importar los comentarios de personas
ajenas a sus vidas.
La alegría de ser católico fue plasmada en las calles de Río. Por donde
pasaba había jóvenes cantando, rezando, andando de allá para acá como buenos
peregrinos.
Pero entre tanta algarabía hay un mensaje de compromiso que dejó el Papa
Francisco: "(…) Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor
de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies
de nuestros hermanos como hizo Jesús. Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo
estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien
transmite la alegría de la fe, recibe alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan
a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del
evangelio. (…)"
Es hora de salir sin pena y mostrar al Cristo resucitado en cual
creemos, de hacer discípulos a todas las naciones; y para eso no necesitamos
ser unos expertos en teología, apologética... lo que necesitas es otra persona,
y punto, hablarle de cómo Dios entró en tu vida para cambiarla y para hacerte
un hombre o mujer de bien, constructores de la civilización del amor.
Apuesto por esta generación que se levanta y profesa su fe sin temores,
en tiempos donde la secularización y la pluriculturalidad invaden la raza
humana, somos los multiplicadores del mensaje de Jesús y me incluyo para ser un
revolucionario de la fe en todas partes y demostrar que aquí está la juventud
de Cristo, aquí está la juventud del Papa.
Edgar Colina Navea
@eledgarcolina
No hay comentarios:
Publicar un comentario