Para que la tierra y el mar combinen
habría que oscurecer el mar
o aclarar la tierra.
El camino toma diferentes tonalidades
según es caminado.
A veces se nos torna oscuro, y a veces, lejano.
A veces es brillante, y anhelamos,
lo más lejos posible, anhelado,
el mar tempestuoso, y triste, y oscuro.
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