martes, 29 de septiembre de 2015

La Luna


Él le dijo a la luna: 

- ¿Por qué estoy tan abajo y tú tan arriba? No te vayas, no quiero perderte. 

Y la luna estaba ahí, sonriendo en el cielo. 

Él se arrodilló en la tierra y dijo: 

¿Te ha dicho alguien que eres la más terrible y hermosa de los astros que se mueven por los campos de estrellas? 

Y la luna se fue retirando, como si se desprendiera del firmamento. 

- ¿Adónde vas? ¿No ves que mi vida depende de lo cerca que estés de mí? 

Pero la luna fue ocultándose despacio, bajando poco a poco, desapareciendo detrás del horizonte. El cielo se llenó de luces profundas, de tiempos detenidos. 

- No me dejes solo en este mundo. 

Y la luna ya no estaba, y las palabras que quedaron resonando se perdieron lejos. La luna lloraba extrañando a su amante, mientras daba la vuelta por la parte de atrás del mundo, manteniendo la esperanza de verlo otra vez cuando volviera la noche.

José Longaray


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